Mis estimados y muy olvidados lectores,
Compromisos van y vienen, y la vida nos lleva por caminos que a veces nos desvían de nuestros propósitos iniciales. Sin embargo, lejos de ser algo malo, en esta ocasión partícular me ha dado muchas satisfacciones. Novedades: Ya tengo el grado de maestro! yuju! Ya me mudé a un nuevo apartamento ! Yuju! Y todo esto con mi novia ! doble Yuju! Si sus vidas los trae a Reino Unido, no duden en ir un poco más al norte y visitar una ciudad tan interesante como Londres, y mil veces más encantadora que otras ciudades de este país. Estoy tan contento con mi nuevo lugar que quiero que todo el mundo lo visite, ya hasta me inscribí a
Coachsurfing para recibir extraños en mi sala.
Pero bueno, aun no hay tiempo para contar a grandes detalles cómo estuvo el viaje, y quizás es porque no sólo quiero mostrar fotos, sino vincular la historia con algo más de fondo. Pero de momento aun me siento como en un torbellino de cosas que aun deben encontrar solución, no he tenido tiempo de reflexionar al respecto. Además que mi nuevo apartamento aun no cuenta con una conexión a Internet, lo que limita en sobremanera mi ocupación como blogger.
De cualquier modo, este post es sobre distintos caminos que tomamos, y que a veces la vida nos va abriendo. Y para esta idea encontré la foto perfecta dentro de mis últimas vacaciones de invierno en un roadtrip que hice con mi familia y la familia de mi novia.

Mis compañeros de este último año y medio se han separado. Cada quien a sus distintos continentes. A distintos trabajos. Algunos con sus familias. Algunos otros con esperanzas de darle un giro importante a sus carreras, a sus vidas. Algunos se han quedado en el continente. En uno de los tres países donde comenzó toda esta aventura. Algunos encontramos el amor de nuestras vidas. Algunos otros lo siguen buscando. Pero sea cual sea el camino que hayan decidido tomar, siempre queda un vínculo. Un recuerdo de aqueños 18 meses que pasamos juntos. Hacer amigos a los que quizás vea en cinco, o en diez años. Hacer amigos a los que quizás nunca más vuelva a ver, y sólo felicite en Facebook cuando vea que se han casado, que han tenido un segundo o tercer hijo. De momento mis caminos a penas se están abriendo. Y al mismo tiempo me gustaría que ya se fueran cerrando un poco. En estos momentos podría hacer cualquier cosa, en cualquier lado. Conforme pasen las semanas y meses, ustedes mis estimados lectores, serán testigos de todos estos acontecimientos que están por suceder.
Poco a poco las aguas se calman, y poco a poco vislumbro más claridad. Sé la dirección que quiero que lleve esto, pero más de una vez me ha pasado que durante el trayecto nuevas oportunidades (u obstáculos) van modificando nuestras decisiones.
Un paso a la vez. Terminar de desempacar. Contratar Internet. Continuar el contarles esta historia...